Ruta del Cares corriendo

El pasado día 11 de Abril me acerqué a una de las zonas mas bonitas de toda la península para vivir una experiencia como pocas, hacer la Ruta del Cares corriendo.

En pleno corazón de los Picos de Europa, entre Poncebos (Asturias) y Caín (Leon) discurre esta famosa ruta. El río Cares, caprichoso en sus formas, moldea ésta garganta a la cual da su nombre. La ruta original comienza en Poncebos y llega hasta Posada de Valdeón, pero al ser tan larga la mayoría de la gente la hace hasta Caín y vuelta. En total son casi 25 kilómetros a través de un desfiladero con un paisaje indescriptible.

Personalmente me decanté por hacer la ruta hasta Caín, pero como tenía que hacer 30k seguí avanzando casi 2k en dirección a Posada De Valdeón. El inicio es bastante duro, porque hay que subir un collado con un terreno muy irregular, así que decido acompañar andando a mis amigos hasta el alto y a partir de ahí empezar a correr hasta terminar.
Nos levantamos pronto y partimos hacía Asturias a las 7:00, quedamos con el resto de los amigos, unos 8 en total, en Cangas de Onis. Compramos el pan y rumbo a la salida.
Con retraso incluido aparecimos en Poncebos sobre las 12:00, entre una cosa y otra nos pusimos de camino a las 12:45. Amenazaba lluvia, así que desde el inicio nos pusimos el chubasquero.
Desde la última vez que estuve aquí hace 6 años no me acordaba de el camino exacto y nos fuimos por la ruta de abajo, al ver que no empezábamos a subir sospeché que nos habíamos equivocado y decidimos dar media vuelta para coger la otra ruta. De repente me doy cuenta de que no tengo el sensor de mi Polar en la zapatilla y he aquí mi primer disgusto. Me alejo de mis compañeros y vuelvo sobre mis pasos para buscarlo entre las piedras del camino andado. Coincido con Santiago, un ovetense de unos 45 años que se ofrece a ayudarme y juntos seguimos buscando hasta donde creí haberlo perdido. Volvemos casi al inicio sin resultados y seguimos por el camino andado anteriormente hasta que nos encontramos con una pareja (paisanos de Basauri) que tenían mi sensor en la mano. Tiempo perdido 1 hora. Por fin con mi sensor pero sin fijarlo a la zapatilla me pongo de camino ya por la ruta de abajo y tiro hasta donde se cruzan los caminos con una subida muy empinada. En la siguiente imagen se puede apreciar las dos rutas y el camino que las une.
Al coger la ruta buena empiezo a correr a una velocidad prudente y llego a Caín en una hora, avanzo un poco mas cogiendo la carretera de Cordiñanes y Posada de Valdeón unos 15' hasta que me doy la vuelta. Me pongo el sensor, me quito el chubasquero que el sol parece que asoma y tiro en dirección Poncebos. A medio camino coincido con la cuadrilla que decidieron no hacer la ruta entera y se pararon en mitad de ella. El vídeo es de ese momento.




Una pequeña parada de un minuto escaso y arranco de nuevo. ALARMA!!! La rodillaaaa, como me duele, salgo cojeando de allí y a medida que va entrando en calor se va pasando, pero el dolor me acompaña hasta el final. Ya en lo alto del primer collado empiezo a bajar por aquel difícil terreno y con los saltos en la dura piedra me duele aún mas la rodilla. Bajo mucho el ritmo, sé que me quedan 15 minutos para terminar y no quiero romperme (en el caso de que no me haya roto ya) Termino el camino ya en Poncebos cerca del coche andando y cojo, con un dolor tremendo en la rodilla.

Tiempo corriendo 2:40 kilómetros rodados 27
Tiempo andado 45' distancia andando unos 4k. Todo este tiempo buscando el maldito sensor, gracias a que apareció.

Quiero dar las gracias a mi compañero de búsqueda, Santiago, por ofrecerse para ayudarme. También a la pareja que lo encontró, de Basauri, al final todo queda en casa. Gracias a todos.

La ruta en si no es demasiado dura, salvando el collado de Poncebos, pero al ir un poco tocado de la rodilla ya se me hizo eterna la última hora, si lo llego a saber no me paro donde estaba la cuadrilla.
Al llegar a la casa donde nos alojábamos en LLames de Parres me pongo Voltarén en la rodilla. Al día siguiente estaba un poco mejor, incluso me atreví a subirme a la bici para dar una pequeño
paseo. El resto de la semana lo cuento en otra entrada.